viernes, 31 de marzo de 2017

ADIVINANZAS SOBRE EL TIEMPO

Para unos soy muy corto;
para otros, regular;
para los tristes muy largo;
para Dios, la eternidad.
(El tiempo) 
¿Qué cosa, qué cosa es?
que vuela sin tener alas,
y corre sin tener pies.
(El tiempo)

Corre más que un ciclista,
nunca da marcha atrás,
si lo pierdes de vista,
¡cómo envejecerás!
(El tiempo)
Tengo agujas y no sé coser,
tengo números y no sé leer.
(El reloj)

Tiene agujas y no cose,
no se mueve, pero anda,
si le das cuerda funciona
y el paso del tiempo señala.
(El reloj)
Brazos tengo desiguales
y a mi ritmo se mueven los mortales.
(El reloj)

Soy un caballero muy aseñorado,
tengo doce damas para mi regalo,
todas van en coche y gastan sus cuartos,
todas usan medias, pero no zapatos.
(El reloj)
En un castillo redondo,
doce caballeros
de guardia están;
un flaco lancero
y un gordo escudero,
marchan al compás.
(El reloj)

Juntos dos en un borrico,
ambos andan a la par,
doce leguas anda uno
y una el otro nada más.
(Las agujas del reloj)
Dos hermanas en la plaza,
ambas marchan a la par,
si una da doce vueltas,
la otra una, nada más. 
(Las agujas del reloj)

Quién es un viejo ligero,
que es de cuatro movimientos
puestos en doce cimientos,
que, a cualquier pasajero,
da más penas que contentos.
(El año)
Un árbol con doce ramas,
cada rama, cuatro nidos;
cada nido, siete pájaros:
cada cual con su apellido.
(El año)

Un árbol con doce ramas,
cada rama, cuatro hijas,
cada hija, siete hijos,
me dices ¿cómo se llama?

(El año)
Doce caballeros,
nacidos del sol,
todos mueren antes
de los treinta y dos.
(Los meses)

Aquí estamos doce hermanos;
yo, que el segundo nací,
soy el menor entre todos:
¿Cómo puede ser así?

(Febrero)
Somos doce hermanos
y yo el más chiquito;
cada cuatro años
me crece el rabito.

(Febrero)

Te llegan muy de mañana
y se van mucho después,
regresan cada semana
y cuatro veces al mes.
(Los fines de semana)

Los siete son hermanitos
y viven un solo día:
cuando uno nace otro muere,
y así se pasan la vida.
(Los días de la semana)
De siete en siete vamos
cogiditos de las manos.
(Los días de la semana)

Como te cases
o te embarques
en este día fatal,
todo te saldrá mal.
(Martes)
Fui y no soy,
no soy y fui,
mañana seré
y hablan siempre de mí.
(El día de ayer)

Todos me esperan
pero nunca llego,
porque cuando llego
yo desaparezco.
(El día de mañana)
¿Qué cosa no ha sido
y tiene que ser,
y que cuando sea
dejará de ser?.

(El día de mañana)

Unas surgen con la luna,
a otras las alumbra el sol,
todas juegan al corro
y todas hermanas son.

(Las horas)
Son doce hermanas
y todas gastan medias
y, aunque, van numeradas
todas son cantadas.
(Las horas)

Doce señoritas
en un mirador,
todas tienen medias
y zapatos no.

(Las horas)
Somos sesenta mellizos,
en torno de nuestra madre,
tenemos sesenta hijitos
y toditos son iguales.
(Los minutos)

Cuando apenas he nacido,
mi vida se acaba al punto;
aunque no soy el primero,
lo sigo por todo el mundo.

(El segundo)

ADIVINANZAS DEL CUERPO HUMANO

Una pregunta muy fácil
sabiéndola contestar,
¿qué planta se riega justo,
cuando la van a cortar?
(La barba)
Treinta y dos sillitas blancas
en un viejo comedor,
y una vieja parlanchina
que las pisa sin temor.

(La boca)

Una capilla llena de gente
y un capellán en medio
que predica siempre

(La boca)
Al dar la vuelta a la esquina
tropecé con un convento,
las monjas iban de blanco
y el sacristán en el centro.
(La boca)
Cueva con treinta y dos machacantes
que dispone de un solo habitante.

(La boca)
Con ella vives,
con ella hablas,
con ella rezas
y hasta bostezas.
(La boca)

Pozo hondo,
soga larga,
y como no se doble
no alcanza.
(La boca y el brazo)
Unas son redondas,
otras ovaladas,
unas piensan mucho,
otras casi nada.

(La cabeza)

Al revolver una esquina
me encontré con un convento,
las monjas vestidas de blanco,
la superiora en el centro,
más arriba dos ventanas,
más todavía un par de espejos
y en lo más alto la plaza
donde pasean los caballeros.
(La cara)

Ordenes da, órdenes recibe,
algunas autoriza, otras prohíbe.

(El cerebro)
En la jirafa descuella,
bajo la barba del rey,
lo tiene cualquier botella,
la camisa o el jersey.
(El cuello)

Cinco hermanos muy unidos
que no se pueden mirar,
cuando riñen aunque quieras
no los puedes separar.

(Los dedos)
Dicen que son de dos
pero siempre son de una.

(Los dedos)

Uno larguito,
dos más bajitos,
otro chico y flaco,
y otro gordazo.
(Los dedos)
Cuando sonríes asoman
blancos como el azahar
unas cositas que cortan
y que pueden masticar.
(Los dientes)

Formamos, como soldados, en una fila
y somos carniceros toda la vida
(Los dientes)
Aunque sepas esto
mago no serás,
si no sabes dónde
lo digerirás.
(El estómago)

Como la piedra son duros;
para el perro un buen manjar
y sin ellos no podrías
ni saltar ni caminar.

(Los huesos)
Dos hermanos sonrosados,
juntos en silencio están,
pero siempre necesitan
separarse para hablar

(Los labios)

Uno se cree superior,
el otro inferior se siente,
sin decirse nunca nada
mucho se quieren,
tanto que siempre
se están besando.
(Los labios)
¿Quién seré yo que encerrada
soy donde quiera que voy,
me encuentro siempre mojada
y al cielo pegada estoy. 
(La lengua)

Guardada en estrecha cárcel
por soldados de marfil,
está una roja culebra,
que es la madre del mentir.
(La lengua)

Una señora,
muy enseñoreada,
siempre va en coche
y siempre va mojada.

(La lengua)
Entre dos murallas blancas
hay una flor colorada,
que con lluvia o con buen tiempo,
está siempre bien mojada.

(La lengua)

Cinco hijitos tiene cada una
y dan tortazos como ninguna.
(Las manos)
Tengo un tabique en el medio
y dos ventanas a los lados
por las que entra el aire puro
y sale el ya respirado.
(La nariz)

Dos niñas asomaditas
cada una a su ventana;
lo ven y lo cuentan todo,
sin decir una palabra.

(Los ojos)
Dos negritos, se quieren juntar,
pero un cerro no los deja pasar.
(Los ojos)

En un huerto no muy llano
hay dos cristalinas fuentes,
no está a gusto el hortelano
cuando crecen las corrientes.
(Los ojos)
Dos fuentes muy cristalinas
están en medio de un llano
y cuando las fuentes manan
no está muy contento el amo.
(Los ojos)

Vive en la panza
y se enseña en ciertas danzas.

(El ombligo)
Adivina, adivinanza.
¿Qué tienen los reyes en la panza
igual que cualquier mendigo?
(El ombligo)

Una señora muy aseñorada
que lo escucha todo
y no entiende nada.
(La oreja)
Tiene grandes pabellones,
pero no tiene habitaciones.
(La oreja)

Laterales parapetos
que van siempre por parejas;
les encantan los secretos.
(Las orejas)
Atrás panza
y delante espinazo,
aciértamelo
pedazo de ganso.
(La pantorrilla)

Adivina, adivinanza,
tiene un solo ojo
y una cara ancha.
(La panza)
Parecen persianas
que suben y bajan.
(Los párpados)

A muchos se lo suelen tomar
si antes no se ha ido a pelar.
(El pelo)
Porque no se caiga pagan,
pero, en cayendo,
nadie se agacha
a recogerlo.
(El pelo)

Podrás tocarlos,
podrás cortarlos,
pero nunca contarlos.
(Los pelos)
Sólo tres letras tengo
pero tu peso yo sostengo.
Si me tratas con cuidado,
te llevaré a cualquier lado. 

(El pié)

Enfundados siempre van
y hay que tener cuidado
con las patadas que dan.
(Los pies)
Juntos vienen, juntos van,
uno va delante, otro va detrás.
(Los pies)

No son flores,
pero tienen plantas
y también olores.
(Los pies)
Que planta será
la que en el hombre está
(La planta del pié)

Dos niñas van a la par
y no se pueden mirar.
(Las pupilas)
Mucha o poca, larga o corta,
ponte las gafas que a nadie le importa.
(La vista)

ADIVINANZAS DE INSTRUMENTOS MUSICALES

Tengo un sonido tan suave,
que ángeles tocan en mí;
mis cuerdas acompañaron
los salmos del rey David.

(El arpa)
Soy bella, soy muy fuerte;
cuando hablo todos me oyen
y tengo un solo diente
que muevo constantemente
(La campana)

Una vieja con un diente
que llama a toda la gente.

(La campana)
Dama con pendiente
que toca deprisa
para que la gente
no pierda la misa.
(La campana)

Entre pared y pared
hay una santa mujer
que con el diente
llama a la gente,
con las muelas
a las mozuelas,
con los colmillos
a los chiquillos.

(La campana)
Con su gran boca
y un solo diente
desde lo alto
llama a la gente.
(La campana)

Puedo ser alegre o triste,
según quien me toque esté:
con que me rasgues las cuerdas,
buen sonido emitiré.

(La guitarra)
Me rascan continuamente
de forma muy placentera,
mi voz es muy bien timbrada
y mi cuerpo de madera.

( La guitarra)

A pesar de no ser buque
tengo cuerdas y atavíos,
también tengo un regio puente,
pero nunca he visto un río.
(La guitarra)

Brazos con brazos, panza con panza,
rascando en medio se hace la danza. 

(La guitarra)
Una niña tontiloca
con las tripas en la boca.
(La guitarra)

En una larga abertura
tengo yo mi dentadura
y luego que empiezo a hablar,
todas mis piezas se mueven
sin poderlas yo parar.
(El piano) 
Cien amigos tengo,
todos en una tabla,
si yo no los toco,
ellos no me hablan
(El piano) 

Sobre una piel bien tensada,
dos bailarines saltaban.

(El tambor)
Mis caras redondas,
¡qué estiradas son!
a fuerza de golpes,
así canto yo.
(El tambor)

Con tan sólo cuatro cuerdas,
que un arco pone en acción,
esta caja melodiosa
te alegrará el corazón.
(El violín)
Zumba que te zumba,
se oye mi son,
en las noches navideñas,
hasta que aparece el sol.

(La zambomba)

ADIVINANZAS DE LIBROS Y ESCRITURA

Bolita tengo
tinta, también
capucha tengo
y escribo bien.

(El bolígrafo)
Cruza los ríos,
también los mares,
vuela sin alas
a todas partes.

(La carta) 

Una palomita,
blanca y negra;
vuela sin alas
y habla sin lengua.
(La carta)
Es un sabio gordinflón,
si le preguntan no habla,
sabe todas las respuestas,
tiene todas las palabras.
(El diccionario)

Todas las palabras sé
y, aunque todas las explico,
nunca las pronunciaré.

(El diccionario)
Campo blanco,
flores negras,
un arado,
cinco yeguas.

(La escritura)

Sabana blanca tendida,
mariquita negra
le baila encima.
(La escritura)
Llanura blanca con flores negras;
cinco bueyes aran en ella.
(La escritura)

Blancos son los campos,
las semillas negras,
cinco son los bueyes
que el arado llevan.
(La escritura)
Campo blanco,
semilla negra,
dos que la ven,
uno que la siembra.
(La escritura)

Nunca bien supe escribir
pero soy gran escribano;
bien que te puedo servir,
si me tomas en tu mano.
(El lápiz)
Por dentro carbón,
por fuera madera,
en tu maletón
voy a la escuela.
(El lápiz)

Tengo hojas sin ser árbol,
te hablo sin tener voz,
si me abres no me quejo,
adivina quien soy yo.
(El libro)
Con mis hojas bien unidas,
que no me las lleva el viento,
no doy sombra ni cobijo,
pero enseño y entretengo.
(El libro)

Suelo ir de mano en mano,
hojas tengo y no soy flor,
y aun teniendo muchas letras
no soy de nadie deudor.

(El libro)
Sin ser árbol, tengo hojas,
sin ser bestia, un buen lomo
y mi nombre en cada tomo.

(El libro)

Con sus páginas abiertas
te va ilustrando la mente,
si alguna vez lo prestaras,
lo perderás para siempre.

(El libro)

Como una ametralladora
se escucha mi tableteo;
pero estoy en la oficina,
que mi oficio no es guerrero.
(La máquina de escribir)
Contengo todas las letras,
los números y los signos,
si me aprietan con los dedos
escriben hasta los niños.
(La máquina de escribir)

Cae de la torre
y no se mata,
cae en el agua
y se desbarata.

(El papel)
Yo salgo todos los días
por eso me llaman diario.
Estoy lleno de noticias,
sucesos y comentarios. 

(El periódico)

Aunque sea tan pequeño,
siempre separo
y siempre detengo.
(El punto)
Muy chiquito, chiquitito,
que pone fin a lo escrito.
(El punto)

Si me mojas y me pegas
viajará la mensajera.
(El sello)

Termino cabeza arriba,
empiezo cabeza abajo,
y tan sólo preguntar
es mi trabajo.

(El signo de interrogación)
Sirviente soy de sabios,
mi oficio, aunque me faltan lengua y labios,
es decir la verdad y la mentira
a todo el que me mira,
y tanto más me estiman mis señores,
cuanto más firme tengo los colores.
(La tinta)

ADIVINANZAS SOBRE EL COLEGIO

Entra el estudioso,
nunca el holgazán,
va buscando libros
que allí encontrará.
(La biblioteca)
A ti acudo,
en ti maduro,
trabajo y estudio
para el futuro.
(El colegio)

Niños y niñas
con sus profesores,
pupitres y sillas,
pizarras y flores,
libros y cuadernos,
tizas, borradores,
muchos lapiceros
de varios colores.
Allí tu vas.
¿Lo adivinarás?
(El colegio)
Abierta siempre estoy
para todos los niños.
Cerrada y triste me quedo
los domingos. 
(La escuela)

Un valiente domador
que tiene la intrepidez
de enseñar a la niñez.
(El maestro) 
En un rincón de la clase,
dónde yo estoy colocada,
acudes con los papeles
que no te sirven de nada.
(La papelera)

Colgada en la pared me tienen
y con la tiza me hieren.
(La pizarra)

ADIVINANZAS DE COSAS DE LA CASA

DE LA COCINA

Por fuera, naranja,
por dentro, gas sólo;
pero con mi ayuda
se calienta todo.

(La bombona de butano)
Diminuta astillita
de cabecita roja,
capaz de hacer cenizas
a la encina más gorda. 

(La cerilla)

Cabecita fría
la noche haces día
cuando te restriego,
cabeza de fuego.
(La cerilla)
Cabezón y muy delgado
que se pone siempre negro,
después de haber sido frotado.
(La cerilla/el fósforo)

Hay un hijo
que hace nacer
a la madre
que le dio el ser.

(El hielo)
De mi madre nací yo,
sin fundamento de padre;
y luego me he muerto yo
y de mi nació mi madre.
(El hielo)

Yo tengo calor y frío
y no frío sin calor
y sin ser ni mar ni río
peces en mí he visto yo. 

(La sartén) 
Dicen que quien lo tiene
es muy gracioso,
se sacude en la mesa
contra lo soso.
(El salero)

DEL CUARTO DE BAÑO

¿Quién pensaréis que yo soy,
que cuanto más y más lavo
mucho más sucia me voy?
(El agua)
Cuando te veo me ves,
cuando me ves te veo
y no te parezco feo.

(El espejo)

Estoy dentro de él
y no puedo entrar en él.

(El espejo)
Quien me mira se refleja
así nadie tendrá una queja.
(El espejo)

Muy bonito por delante
y muy feo por detrás;
me transformo a cada instante,
pues imito a los demás.

(El espejo)
Soy liso y llano en extremo,
y, aunque me falta la voz,
digo en su cara a cualquiera
la más leve imperfección;
contesto al que me pregunta
sin lisonja ni aflicción,
si la misma cara pone,
la misma le pongo yo.
(El espejo)

Tiene luna,
no es planeta;
tiene marco
y no es puerta.
(El espejo)
En los baños suelo estar,
aunque provengo del mar.
(La esponja)

Si me mojas hago espuma
con ojitos de cristal
y tu cuerpo se perfuma
mientras llega mi final.

(El jabón)
Te lo digo y
no me entiendes
no tengo boca y
si tengo dientes

(El peine)

Tengo dientes y no muerdo,
desenredo con cuidado,
caminos abro en tu pelo,
ya sea liso o rizado.

(El peine)
Cuanto más se moja
más te seca. ¿Qué es? 

(La toalla)

DEL DORMITORIO

Aunque al dormir me consultan
nunca suelo contestar.

(La almohada)
Una señorita
de carnes muy blandas,
que sin ser enferma
siempre está en la cama.
(La almohada)

Cuatro patas tiene
y no puede andar
también cabecera
sin saber hablar
.
(La cama)
De nada me sirven
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.
(La cama)

¿Quién será la desvelada,
lo puedes tú discurrir?
día y noche está acostada
y no se puede dormir.
(La cama)
No pienses que es una col,
o que baila el "cha-cha-chá";
búscala sobre tu cama,
que yo te la he dicho ya.
(La colcha)

DEL COMEDOR

Sube llena,
baja vacía,
y si no se da prisa,
la sopa se enfría, 

(La cuchara)
Sube cargada,
baja sin nada.
(La cuchara)

En el campo fui nacida
vestida de verdes ramas
y al pueblo me trajeron
para servir a las damas,
a mí todo me regalan,
caramelos, miel, melada,
más yo todo lo reparto
porque no sé comer nada.
(La mesa)
Tengo patas bien derechas,
pero no me puedo mover,
llevo a cuestas la comida
y no la puedo comer.

(La mesa)

Pino sobre pino,
sobre pino, lino,
sobre lino, flores
y alrededor amores.
(La mesa)
Adivíname ésa.(La mesa)

En la mesa me ponen
y sobre mí todos comen.

(El plato)
Aunque de comida voy cargado
la gente me vacía
y nunca soy tragado.
(El plato)

Todos me buscan
para descansar
si ya te lo he dicho
no lo pienses más.
(La silla)
Con patas y espalda,
no se mueve ni anda.
(La silla)

Cuatro patas tiene,
así como asiento;
de élla me levanto
y en élla me siento.
(La silla)
Dicen que tiene y no tiene,
mucho pincha, poco retiene.
(El tenedor)

Lo usa el tendero
para comer,
lo lleva entero
si sabes leer.
(El tenedor)
Un animalito
con cuatro dientes,
que nos trae comida
muy diligente.
(El tenedor)

Llenos de agua,
llenos de vino,
sobre la mesa están
y son de cristal fino.
(Los vasos)

DE LA PUERTA

Tiene un ojo y nada ve,
por abrir no es cosa dura,
sin embargo por cerrar,
sí que cierra y sí que es dura.

(La cerradura)

En la puerta está
y no quiere entrar.

(El felpudo)
Chiquita como un ratón
guarda la casa como un león

(La llave)

Poseo dientes y ojos
y para hacerme trabajar
me has de meter en cerrojos.
(La llave)
Sin ella en la mano
ni entras ni sales,
ni vas a la calle.
(La llave)

Doy vueltas y no soy tiempo,
un secreto sé guardar,
si no me cuidan, me pierdo.
¿Con mi nombre sabrás dar?
(La llave)
Como conoce la clave,
gira por su laberinto
y deja entrar al recinto.
(La llave)

Aunque tiene dientes
y la casa guarda,
ni muerde ni ladra.

(La llave)
Ya ves, ya ves,
tan claro que es.
No me la adivines
de aquí a un mes.
(Las llaves)

Muchos golpes recibe
cuando a la gente,
la entrada prohíbe. 

(La puerta) 
Ni corre, ni vuela,
pero siempre te precede,
cuando vas o cuando llegas.
(La puerta)

A la entrada de tu casa
algo suena si lo aprietan
y tu sales presurosa
a abrir deprisa la puerta.
(El timbre)
¿Qué será, qué será,
que siempre está en la puerta
y nunca puede entrar?
(El umbral)

DEL TECHO

Es una pera colgada
que toda la casa alumbra
sin tener humo ni llama.

(La bombilla)
Su forma es de pera,
aunque es de cristal
da luz sin espera
para cada cual.

(La bombilla)

Aunque soy iluminada
siempre me tienen colgada.
(La lámpara)
Aunque músculos no tengo,
los techos yo sostengo.
(Las vigas)

DEL TEJADO

Todas somos altas
gordas o delgaditas
y echamos mucho humo
por nuestras cabecitas.
(Las chimeneas)
En el buen tiempo a nadie marea,
en cuanto llueve repiquetea.

(La gotera)

Es un campo colorado
con los surcos muy derechos;
muy en alto está situado
e inclinado de dos lados.

(El tejado)
Un barbecho
bien labrado,
ni entra mula,
ni entra arado.
(El tejado)

Un campo bien labrado
no gasta reja ni arado.
(El tejado)
Los tejados protejo
y buenas canales dejo.
(Las tejas)

Vivo en alta situación
y en continuo movimiento,
con exactitud presento
del aire la dirección.
(La veleta)
En lo más alto me ponen
para que el aire me dé.
El aire me zarandea,
Y siempre lo miro a él.
(La veleta)

En lo más alto me ponen
para que el viento me dé,
soy guía para los hombres
y siempre estoy de pié.
(La veleta)

OTRAS COSAS DE LA CASA

Una caja en tu casa
que te sube y que te baja.
(El ascensor)
Con mi cara tan cuadrada,
lisa o con dibujitos,
resignada y por los suelos,
me repito, me repito...
(La baldosa)

En invierno se usa
porque da calor
en verano estorba
y se echa al rincón.
(El brasero)
Durante el verano escondido,
en el invierno encendido.
(El brasero)

No soy el sol,
tampoco el fuego;
pero la casa
bien que caliento.
(La calefacción)
Del techo al suelo,
cortada y fina,
tela con vuelo.
(La cortina)

Lámina que no se ve
y nos protege del viento.
Aunque la atraviesa el sol,
se empaña con el aliento.

(El cristal)
Aunque yo nunca me mueva
por mí suben, por mi bajan;
soy de diversas materias
y mi utilidad la halagan.
(La escalera)

Sale de la sala,
entra en la cocina,
meneando la cola
como una gallina.
(La escoba)

Es tu favorita
cuando sientes frío;
la encuentras escrita
en el verso mío. 
(La estufa)

Puede ser de Persia,
puede ser de Ana,
por más que se enrolle,
se ve en la ventana.
(La persiana)
Tapo al sol,
llamo a la luna
y de Persia
es mi fortuna.
(La persiana)

Que timbre y número tenga
y en verdad portal no sea
es cierto, y el que desea
hablar por él, no lo cuelga.
(El teléfono)
Llevo secretos a voces,
corriendo por esos mundos
y sin que nadie los oiga
los doy en unos segundos.
(El teléfono)

Aunque no hable
lo cuenta todo por cable.
(El teléfono)
Es una caja habladora
que vive en todas las casas
y se calla a muy alta hora.
(La televisión)

ADIVINANZAS DE HERRAMIENT

Escriba, escriba y comprobará
que mi nombre se lo he dicho ya.
(La criba)
Redondo, redondo,
fila por fila;
quien sepa leer
mi nombre escriba. 
(La criba)

En un cuarto me arrinconan
sin acordarse de mí
pero pronto van a buscarme
cuando tienen que subir.
(La escalera)
Tengo nombre de animal,
cuando la rueda se pincha
me tienes que utilizar.
(El gato)

Nombre de ciudad tengo
y a todo el que froto
algo le desprendo.
(La lima)
Con la boca aprieto muy valiente
y nunca me rompo un diente.
(La llave inglesa)

Golpe tras golpe,
clavo tras clavo,
eso es lo que yo hago.
(El martillo)
Tengo cabeza de hierro
y mi cuerpo es de madera,
al que yo le piso un dedo,
¡menudo grito que pega!

(El martillo)

El que pinta es pintor;
yo pinto y no recibo tal honor.
(El pincel)
Soy largo y delgado,
con buena figura.
Mi pelo alocado
lo mojo en pintura.
(El pincel)

Aunque no soy importante,
en la vida pinto algo;
mas no podré trabajar
cuando yo me quede calvo.

(El pincel)
Es redonda, es de goma,
de madera o de metal
y sale a dar una vuelta
con una amiga igual.
(La rueda)

Tengo dientes afilados,
que mucho brillan al sol,
y aunque me falta la boca
soy un feroz comilón.
(El serrucho)
Ris, ras, ris, ras,
adelante y hacia atrás,
mientras tenga que comer
no dejaré mi vaivén.
(El serrucho)

Mil dientes bien en fila,
agudos y cortantes,
que árboles robustos
derriban al instante.
(La sierra)